Bajo la lupa gubernamental

Oscar Glenn

Bajo la lupa gubernamental

Ojalá

¿Nos están tratando de hacer creer a los mexicanos que la única forma en que podremos tener seguridad es cediendo parte de la libertad?


Esa es la impresión que tengo con la serie de reformas que se han impulsado con apremio en el periodo extraordinario que se desarrolla en el Congreso Mexicano desde la semana pasada, y la verdad no estoy tan seguro de que se haya ganado ningún político y ningún partido, la confianza para demandar semejante acto de fe.


Pero no nos están dejando opción tampoco, puesto que la abrumadora mayoría que ostenta en las cámaras la llamada 4T “haiga sido como haiga sido” pasa cotidianamente sobre cualquier intento de pataleo, debate, argumento o resistencia y solo queda confiar en que realmente su “buena intención legislativa” bastará para que nadie haga mal uso de las atribuciones que se están asignando y nadie sobrepase los difusos límites que han dejado.


Pero mi debate interno no cesa, provocado quisa por la experiencia y el instinto de supervivencia, ante el riesgo que entraña el que hoy pretende la fuerza dominante con su mayoría que el “no somos iguales” deba ser tomado como una especie de garantía de honorabilidad que tendría que bastar para que sobreviva la esperanza en que no incurrirán en el autoritarismo, la intimidación ni cualquier tipo de represión o control político, ni abusarán del poder que logran al poseer toda la información de los ciudadanos y la posibilidad para manejarla a su antojo. Honorable es no abusar del poder ni de la confianza para actuar con ventaja pretextando buena fe.


Tras las reformas aprobadas, todo indica que tendremos por ejemplo que obtener y usar obligatoriamente la CURP biométrica con huellas digitales y foto, la cual surge con la promesa que eso mejorará la identificación de personas desaparecidas, pero la información será manejada por una dependencia del ejecutivo, se podrá monitorear la geolocalización de cualquier ciudadano, además de acceder a sus comunicaciones vía celular cuando la autoridad así lo disponga, sin requerir orden de un juez; además podrán con la nueva Ley del Sistema Nacional de Investigación e Inteligencia, tener acceso total a tu información patrimonial, fiscal, financiera, registral y de comunicaciones, todo ello sin especificar límites claros para dichas facultades y con la percepción extendida, que de poco servirá intentar ampararse ante la Corte, que pronto estará conformada por personajes afines al partido en el gobierno, tal como lo han expuesto sin menor complicación.


Articulando con prisa reformas a 4 leyes, es impresionante ver como muchos de los que se asumían luchadores sociales hoy les entusiasma y apoyan la posibilidad de ser espiados, intimidados o reprendidos a través de la intervención de las comunicaciones personales, bajo el pretexto de la seguridad. Es sorprendente que aplaudan y solden los barrotes de la jaula en la que también quedarán cautivos mermando sus posibilidades de opinar, cuestionar y hasta revelarse.


En fin, el fanatismo y el aturdimiento de la bonanza material temporal anulando el juicio y la noción de seguridad jurídica y respeto a la libertad como el derecho a la privacidad, para ceder poder a discreción de un alguien que puede ser bueno y noble o malévolo, ambicioso y despiadado. Ojalá, de verdad, ojalá me equivoque y en el curso de proceso legislativo que falta al momento de escribir, se rectificara.