El especialista explicó a los universitarios la relevancia de realizar proyectos estructurales que respondan a las necesidades del entorno y construir edificaciones que soporten los movimientos de la tierra.
Enlistó las características que deben guardar las edificaciones para soportar un sismo, entre las que destacó la simetría de la construcción en planta, altura y rigidez, así como su capacidad de carga. Enfatizó que las columnas que sostienen una obra deben ser más grandes que las vigas horizontales.
El proyectista estructural lamentó que ante la necesidad de hacer diseños novedosos sin el apoyo de arquitectos, sin un proyecto y planeación completa de las construcciones, las edificaciones son vulnerables a derrumbarse.
Detalló que algunas decisiones arquitectónicas que hacen riesgosa una edificación son las columnas cortas, ya que pierden capacidad de soporte, y el choque de edificios, es decir, que las obras estén pegadas e impidan el movimiento cuando ocurre un sismo.
Las estructuras irregulares son otro factor que afecta la construcción, es decir, la falta de simetría resta soporte a la obra. Tal es el caso de los denominados volados en los edificios, que tienen como objetivo ganar centímetros de espacio entre un piso y otro, pero ponen en riesgo a los habitantes del inmueble.
Luis Alejandro Escamilla Hernández insistió que las obras con diseños modernos o creativos no están peleadas como una estructura adecuada; por ejemplo, el Museo Soumaya.