Dentro de la presa Miguel Alemán, se podía observar gran afluencia de personas tomando paseos en lanchas, lanchas rápidas, yates y hasta veleros. Los prestadores de estos servicios dicen notar una gran diferencia con el cambio de semáforo, "durante los fines de semana cuando estaba el semáforo color rojo, si teníamos suerte, salían 1 o 2 paseos en cualquiera de las lanchas. Ahorita estamos teniendo entre 4 a 6 paseos por día".
Se les han implementado varias medidas preventivas para detener la propagación de COVID-19. Entre ellas destacan la capacidad del 50% por embarcación, disponer de gel antibacterial, uso de cubrebocas obligatorio y permiso para laborar hasta las 18:00 horas.
También se inició la aplicación de una sanción económica, por parte de Capitanía de Puerto, a toda aquella embarcación que no acate las normas sanitarias establecidas. Ésto lo supervisan realizando entre 4 a 5 recorridos al día por todo el lago.
"Dependiendo del color del semáforo epidemiológico, se hace un programa de seguridad. El personal naval se distribuye en un operativo, saliendo a muelles, cooperativas, marinas y clubes para informales las nuevas medidas preventivas mediante un Oficio. Además, existe un grupo de WhatsApp con todos los encargados de embarcación donde también se les informa sobre cualquier suceso", mencionó Adolfo Alvarado Ríos, tercer maestre de Marina.
Del total de los turistas que arribaron el fin de semana, se podía ver que la mayoría cumplía con el uso del cubrebocas en los espacios públicos, aunque no todos respetando la sana distancia, siendo pocos los que no lo portaban.
Comerciantes del pueblo se mostraban un poco menos preocupados, pues luego de casi 1 año de confinamiento por la pandemia de COVID-19, comentaban que muchos negocios se vieron obligados a cerrar, además de los recortes de personal, debido a la crisis económica por falta de turistas.