Alto a la polarización

Oscar Glenn

Alto a la polarización

Es preocupante que socialmente nos hemos dejado llevar por una ruta en la que se ha arraigado la idea que la militancia política divide, es intolerante, contrapone y distancia a las personas; lamentablemente también, en la práctica se ha incentivado la polarización que además sirve de escudo y antídoto para evadir la crítica, se repudian las ideas diversas y los señalamientos, considerando que solo entrañan el afán de un adversario de tiempo completo que solo busca el desprestigio del contrario, y además parece que vamos hacia un estado en el que habría que resignarse a que se criminalice a alguien que sin poder  piense diferente.


Tenemos que bajarnos de esa inercia, aunque suene iluso pedirlo, las recientes manifestaciones de grupos sociales están dando espacio a que muchas personas conciban que hacer política y militar en un partido, manifestarse o expresar opiniones críticas sobre los asuntos públicos son acciones ilegales. No es así, todos los partidos están hechos de lo mismo, aunque no persigan los mismos objetivos específicos, pero hacer política es un asunto de ciudadanos y es la forma de interacción en la cual a través del contraste de ideas podemos encontrar las mejores formas de resolver nuestros problemas colectivos. Así logramos evolucionar como país y como sociedad.


Creo por tanto que la polarización no augura buen futuro, incapacita a los ciudadanos para reaccionar, para analizar sensatamente lo que estamos pasando, y preserva el control del poder en un pequeño grupo, cuando lo que más se necesita es quitarse de complejos, reflexionar y exigir a quienes representan y toman decisiones, que lo hagan condignidad, honor y responsabilidad, para lograr en sus encargos siempre lo mejor. Ojalá asumamos que tenemos que hacernos más preguntas y ejercer sin temor la libertad de pensamiento y de expresión, con ánimo constructivo, hacernos responsables.