¡Ya pusieron la muestra! Las mujeres activistas ante la valla de metal, instalada para proteger el Inmueble de Palacio Nacional, enardecidas ya sea porque no cree el mandatario que las denuncias de mujeres por violencia sean auténticas o por la obstinación de permitir que Félix Salgado Macedonio sea candidato a la Gubernatura de Guerrero, aun cuando pesan sobre él sendas acusaciones por agresiones sexuales; motivos a ellas no les faltan y ante la indolencia
gubernamental han desplegado el ingenio trascedente, eficaz, irreductible; por una parte convirtieron la cerca en galería y memorial de las víctimas y la fachada del edificio protegido, en pantalla para proyectar su indignación con provocadoras consignas.

Hay más, armaron tremendo "cibermitin" en la transmisión de la conferencia presidencial en redes sociales, se volvieron a manifestar y colocaron como tendencia Hashtags recordando que no les puede minimizar, ni descalificar y que las causas de las mujeres no necesitan la complacencia ni la verborrea presidencial, sino su intervención determinante sin evasivas ni demoras.

Se va confirmando que un ocho de marzo en las calles -donde por momentos lamentablemente se dieron enfrentamientos y destrozos, algunos que llegan a parecer excesivos pero que entiendo tratan de hacer visible y dejar huella, de incomodar tanto como muchas de las víctimas y sus familias se han sentido ante la vulnerabilidad y la impunidad de muchas agresiones y crímenes- está quedando chico y que esas voces de exigencia cada vez menos se resignaran a los espacios ni a los cauces que calendarizadamente se les quieran conceder. Más valdría no volver a caer en la tentación de ningunearles.