Contra lo que dice el Presidente luego que tribunales han ordenado la suspensión de los trabajos para el Aeropuerto de Santa Lucía, físicos y administrativos; las decisiones del Poder Judicial no pueden calificarse de mala fe si se basan en la lógica elemental de hacerle cumplir los requisitos de Ley, que ya existían antes que él llegara.

Si su obstinación es verlo funcionando en dos años y ahogar lo que fue e proyecto de Texcoco, más le valía haber cumplido con su equipo la ley paso a paso, la divulgar meras ocurrencias.

Esperemos los dictámenes de factibilidad para ver qué procede y ojalá nadie se arrepienta de lo que venga.