Cifras y mentiras de allá arriba

Raúl Mandujano

Cifras y mentiras de allá arriba

Raúl Mandujano Serrano. Periodista


Mire Usted, hablar de las cifras que tienen que ver con la delincuencia y que nos da a conocer el gobierno, es meternos en camisa de 11 varas. Dan a conocer sus datos, pero también su justificación, o sea, no importa cuánto más se eleven las cifras, no podemos comparar. Dice el mandatario que antes había contubernio con las autoridades, hoy ya no, o sea, pero ¿en qué cambiaron las cosas? Quizá sea que ahora los criminales operan solos.


Esas cifras que se presentaron forman parte del número de denuncias registradas mensualmente pero, un poco amañadas y comparadas, escuche bien, con meses en los que los datos les favorecen. No lo hacen con temas del 2018 o antes, porque la incidencia era menor, además de que dolería decir que, en el gobierno de Peña o Calderón, no había estas cifras récord, sin embargo, hay una constante en los datos que presentó la secretaria de seguridad Rosa Icela Rodríguez, los delitos van en aumento y sus cifras poco tranquilizan a la gente ¿qué pensarán de esta información los papás de Alan, ese adolescente de 17 años de edad a quien mataron a golpes en Jiquipilco? Si ese crimen se pasara a los datos del gobierno, se mencionaría que en el tema de los asesinatos de niños a golpes… vamos a la baja.


La fórmula gubernamental para entender lo que pasa en México es sencilla, a más muertos, ejecutados, secuestrados, vamos, a mayor número de crímenes, la culpa es de la maldita herencia del pasado, pero en el presente no hay estrategia, no se ve. Todos los días, a las 6 de la mañana, se reúne el gabinete de seguridad para mostrar avances y medidas de inteligencia contra el crimen, pero, según sus datos, en mayo, sólo en mayo, ocurrieron 2 mil 833 homicidios, 77 feminicidios, y muestran una lista de los estados más violentos, pero destacan, a su parecer, una baja en los delitos federales. Obvio, aparece el estado de México con una cifra récord de carpetas de investigación iniciadas sólo en mayo, más de 36 mil pero, reunirse con la esperanza de que ese día los delincuentes no trabajen, es un sueño guajiro.


A lo mejor los datos del gobierno ven a un México distinto, y por eso a los migrantes se les ofrece seguro social y empleo, y se contrata a médicos cubanos bajo mecanismos de explotación, y se le da asilo a dictadores, y hay tiempo para intervenir en procesos electorales de otros países… A lo mejor los mexicanos somos ingratos, y no entendemos que hay empleo, pero los médicos nacionales, ingenieros, abogados, albañiles o arquitectos, no lo aceptamos, y es falso el miedo de trabajar en la sierra, o en zonas controladas por grupos criminales, en las que no se tiene garantía de trabajar sin ser ejecutados.


El “Veo un México con hambre y sed de justicia”, que pronunciara Colosio y que le costó la vida, parece que sólo se ve abajo, en las calles y en los pueblos. Arriba, en las alcaldías, los palacios estatales y en los finos pasillos de Los Pinos, ese México no existe… Mi twiter @raul mandujano