¡Al carajo! / Opinión de Oscar Glenn
Ojalá
Incapaz de soportar más reclamos y evidencias de la cuestionable decisión de traer a médicos cubanos a México, con el pretexto que brindarán apoyo a la población en lugares donde personal mexicano no ha querido acudir; el Presidente López Obrador una vez más recurrió a la salida tajante de mandar a todos sus críticos “al carajo”, sabiendo que quizá ninguna persona seguirá su indicación, pero gozando la sensación de auto liberarse de la presión y restregar un gesto de autoritarismo en el que su personal convicción es suficiente para hacer lo que el desea y cueste lo que cueste.
Así ha sido el tiempo de este mandato, donde a los deseos o las convicciones del mandatario poco resisten el análisis técnico, la opinión experta, los balances numéricos y hasta el sentido común, pero está visto que, si funciona la presión de la opinión pública en diferentes plataformas, que taladran para al menos moldear o matizar algunas de las obstinaciones planteadas, cuando se da cuenta que pierde simpatías.
Así, quizá empecemos a buscar la geolocalización del famoso “carajo” por si tuviéramos que ir donde nos han mandado por rejegos, pero un iríamos poco menos contrariados si por la persistencia de las críticas se ha logrado que el Presidente en su reciente arranque, ya haya precisado al menos que realmente hay un problema de cobertura de la atención médica en el país, así mismo haya aceptado que primero se contrate a todo el personal médico nacional posible y después a los invitados de la isla caribeña.
Con todo y enojo tuvo que asumir que sean nacionales o extranjeros, los médicos necesitan, remuneraciones adecuadas, seguridad, infraestructura e insumos, e inclusive ya tuvo que precisar también que los médicos extranjeros tendrían que acudir a prestar servicio a comunidades alejadas, en sitios inhóspitos.
Nos iríamos un rato también con algo de satisfacción, tras haber logrado que el Presidente haya reconocido públicamente que hacen falta más recursos para universidades y mejores condiciones para formar especialistas con posgrados, que no ”aspiracionistas”, aunque todavía le de por buscar en el pasado pretextos en lugar de diseñar soluciones suficientes con presente y futuro.
Si su compromiso es que no falten los médicos, los especialistas y tengamos un buen sistema de salud, seguiremos fastidiando para que se dé cuenta que aquí hay todo lo necesario, pero hay que administrarlo adecuadamente.
Por eso, mejor no nos vamos todavía, no sea que en ese mítico lugar también falten médicos, clínicas, hospitales e insumos, y entonces mejor aquí le seguimos dando lata hasta que se vea la mejora. Ojalá no se olvide el Mandatario de todo lo que ya descubrió en el sistema de salud que tiene que remediar.
Ojalá
Incapaz de soportar más reclamos y evidencias de la cuestionable decisión de traer a médicos cubanos a México, con el pretexto que brindarán apoyo a la población en lugares donde personal mexicano no ha querido acudir; el Presidente López Obrador una vez más recurrió a la salida tajante de mandar a todos sus críticos “al carajo”, sabiendo que quizá ninguna persona seguirá su indicación, pero gozando la sensación de auto liberarse de la presión y restregar un gesto de autoritarismo en el que su personal convicción es suficiente para hacer lo que el desea y cueste lo que cueste.
Así ha sido el tiempo de este mandato, donde a los deseos o las convicciones del mandatario poco resisten el análisis técnico, la opinión experta, los balances numéricos y hasta el sentido común, pero está visto que, si funciona la presión de la opinión pública en diferentes plataformas, que taladran para al menos moldear o matizar algunas de las obstinaciones planteadas, cuando se da cuenta que pierde simpatías.
Así, quizá empecemos a buscar la geolocalización del famoso “carajo” por si tuviéramos que ir donde nos han mandado por rejegos, pero un iríamos poco menos contrariados si por la persistencia de las críticas se ha logrado que el Presidente en su reciente arranque, ya haya precisado al menos que realmente hay un problema de cobertura de la atención médica en el país, así mismo haya aceptado que primero se contrate a todo el personal médico nacional posible y después a los invitados de la isla caribeña.
Con todo y enojo tuvo que asumir que sean nacionales o extranjeros, los médicos necesitan, remuneraciones adecuadas, seguridad, infraestructura e insumos, e inclusive ya tuvo que precisar también que los médicos extranjeros tendrían que acudir a prestar servicio a comunidades alejadas, en sitios inhóspitos.
Nos iríamos un rato también con algo de satisfacción, tras haber logrado que el Presidente haya reconocido públicamente que hacen falta más recursos para universidades y mejores condiciones para formar especialistas con posgrados, que no ”aspiracionistas”, aunque todavía le de por buscar en el pasado pretextos en lugar de diseñar soluciones suficientes con presente y futuro.
Si su compromiso es que no falten los médicos, los especialistas y tengamos un buen sistema de salud, seguiremos fastidiando para que se dé cuenta que aquí hay todo lo necesario, pero hay que administrarlo adecuadamente.
Por eso, mejor no nos vamos todavía, no sea que en ese mítico lugar también falten médicos, clínicas, hospitales e insumos, y entonces mejor aquí le seguimos dando lata hasta que se vea la mejora. Ojalá no se olvide el Mandatario de todo lo que ya descubrió en el sistema de salud que tiene que remediar.
