Jóvenes, las nuevas víctimas

Raúl Mandujano

Jóvenes, las nuevas víctimas

DESDE EL SÓTANO.

Raúl Mandujano Serrano. Periodista

Mire Usted, que lejos parece aquel 27 de febrero del 2020, cuando se detectó el primer caso de Coronavirus en México, y que cerca parecen aquellas desafortunadas declaraciones que se burlaban de esta enfermedad. Primero esa de la mañanera del 19 de marzo del 2020, cuando el señor Andrés se reía del COVID, aconsejaba no dejar de abrazarse y mostraba sus estampitas y amuletos como escudo protector; después, esa del 4 de junio, cuando el señor Gatell dijo que un escenario catastrófico para el país implicaría 60 mil muertes; y mire, este virus les calló el h… la boca.

México tiene, hasta el día de hoy, 2 millones 678 mil 297 contagios y 236 mil 810 muertes confirmadas por la pandemia; sin embargo, en el conteo por actas de defunción, el INEGI mostró un desfase de 108 mil defunciones, lo que implicaría una cifra real, no muy bien aceptada, superior a los 344 mil muertos.

Habría que reconocer sí, que las vacunas han favorecido el control de los contagios y las muertes, digo, era lo que menos se podría pedir a un Gobierno que minimizó esta enfermedad, pero, y aquí valdría puntualizar que los números quizá no sean suficientes para entender la magnitud de la tercera ola de contagios por las nuevas cepas del virus. Mire, en un lapso de 24 horas, se reportaron 13 mil 853 contagios, que es la mayor cifra desde enero del 2021, y son los jóvenes, de entre 20 y 39 años, quienes protagonizan las infecciones de esta tercera ola que, por semanas, el Gobierno se había resistido a hablar, pero que el martes lo admitió abiertamente. Ese nuevo repunte empezó hace cuatro semanas.

Entramos pues, en una etapa en la que la responsabilidad ya nos toca. Apenas visité, pero, ni siquiera entré, al "mercado de pulgas" llamado "El Piojo", donde vendedores y público, sin cubrebocas, igual en el mercado de los lunes en Metepec, en los camiones ni los choferes lo usan, tampoco la gente en las calles o en las fiestas en fines de semana que se dan a montones, muchos ni siquiera se vacunan, y vamos en un retroceso que ya es nuestra culpa. Pongamos fin a esto, con los cuidados necesarios, no seamos necios ¡caray¡, para luego no andar quejándonos, y por favor, no le hagan caso al mentiroso de Gatell. Cuidémonos nosotros, cubrebocas y jabón, son la mejor medicina. Hasta otro Sótano.

Mi twiter @raulmandujano.