Semáforo rojo

Oscar Glenn

Semáforo rojo

Cuando pensábamos que no había algo más temible que lidiar con una pandemia de la cual se desconoce alcance, la peligrosidad, ritmo de avance, fecha probable de término, posible cura o vacuna; a lo cual se trata de hacer frente con paciencia y prudencia para respetar una cuarentena con indicaciones médicas de la autoridad, nos dimos cuenta que si hay algo peor: La pandemia más la infodemia.

La peor combinación fue el riesgo sanitario, más la abundancia de información diversa, así como las forzadas versiones institucionales de lo inexplicable, por un aparente cálculo político, en un país ya polarizado en el cual se propició que mucha gente dudara de todo, adoptara explicaciones y actitudes inverosímiles, ya sea de escepticismo o de precaución y peor aún, el vocero de la autoridad sanitaria no enmendara, evitando debates, descalificaciones e insinuaciones políticas que más alimentaron la incertidumbre sobre la información y las decisiones oficiales frente a las emergencias sanitaria y económica.

Ojalá aprendamos que en una pandemia es más peligrosa una persona enojada y desconfiada a la cual trata de instruir alguien que olvido la neutralidad que debió ser su mayor fortaleza. Esa falta de rigor hoy ha provocado que haya gente que ya no esta dispuesta a seguir indicaciones para la autoprotección, pensando que todo se salió de control.

Señaló la OPS, El acceso a la información correcta en el momento oportuno y en el formato correcto ¡ES DECISIVO! Acá se nos fue el tren y ojala no lo lamentemos.