Mire Usted, el último lunes de abril, allá en la zona de hospitales de Toluca, donde también se encuentran las oficinas del PRI estatal y los poderes judiciales de la Federación y el Estado, la Comisión de Derechos Humanos, la zona llamada Nicolás San Juan, iniciaron una gresca terrible a golpes "los tamaleros", si, los que venden las "guajolotas" con un vaso de atole en 20 pesos. Cualquiera pudiera pensar que se les "calentaron las ollas", pero mire, murió uno de los vendedores, quien al parecer era parte una la organización de ambulantes de esa zona.

Además de los golpes, nuevamente salió a la luz la mafia que existe detrás de estas organizaciones que irresponsablemente lucran con la pobreza de muchos vendedores, a los que afilian a sus grupos y los obligan a entregar cuotas de sus productos y locales, "la renta" que le llaman, y si no, los contratan para vender elotes, tamales, y hasta dulces que comercializan en camiones de pasajeros. Se trata de toda una estructura que tiene una increíble capacidad de movilización para evadir a las autoridades, quienes solo aciertan a llamarles "toreros" por cómo les dan la vuelta, cual chicuelina en el ruedo.

Y luego tratan de acceder al poder político para acrecentar su poderío, como fuera el caso de la lideresa de los comerciantes del mercado de aviación que aspiraba a ser legisladora y, mire, de verdad, aquí la pregunta sería ¿cuándo se perdió la dignidad y se le cedió el poder a la delincuencia? ¿En qué demonios pensaban los gobiernos al otorgarles tanta fuerza a costa de un voto que los ponía en charola para evadir impuestos?

Si algo está saliéndole bien al alcalde de Toluca, Juan Rodolfo Sánchez, es no negociar con estos rufianes. No lo hagan, y no por quien vende para ganar algo para su familia, sino por tantos mafiosos y vividores que están bien identificados… Mi twiter @raulmanduj