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El flashback y la salida de Citigroup de México ¿la historia se repite?

El flashback y la salida de Citigroup de México ¿la historia se repite?

Este grupo financiero que hoy cuenta con casi el 14% de participación en el mercado financiero mexicano, una red de 1,705 sucursales, 6,288 cajeros automáticos y tiene presencia en 1300 localidades del país, toma la decisión de deshacerse del 70% de

Tremendo susto se llevaron los más de 21 millones de clientes de Citibanamex el pasado martes 11 de enero ante el anuncio de la salida financiera de Citigroup del mercado mexicano, lo anterior, tras un escueto comunicado en el que se argumentan razones de negocio y rentabilidad.


Este grupo financiero que hoy cuenta con casi el 14% de participación en el mercado financiero mexicano, una red de 1,705 sucursales, 6,288 cajeros automáticos y tiene presencia en 1300 localidades del país, toma la decisión de deshacerse del 70% de sus activos financieros valuados en más de 1.5 billones de pesos, de acuerdo con cifras de la Asociación de Bancos de México.


Citigroup es considerado uno de los grupos financieros más importantes en el mundo al tener una presencia en más de 160 países y administrar más de 200 millones de cuentas, en donde, vale la pena señalar, está llevando a cabo una estrategia de contracción de sus activos físicos en aras de evolucionar e ir de la mano con los tiempos actuales.


¿Qué está viendo Citigroup en el panorama mundial para tomar esta decisión? ¿Cómo debemos entender lo que significa este anuncio en México? Y, finalmente ¿Debemos preocuparnos o prepararnos para un posible descalabro económico? Estas y muchas otras preguntas forman parte de la discusión en estos días, empecemos por el inicio.


Desde antes de la pandemia del Covid-19, se han estado observado cambios importantes en el comportamiento de usuarios de servicios financieros, las nuevas generaciones ya no confían como antes en las instituciones bancarias, probablemente, querido lector, estamos ante el fin de la era de los bancos como la conocíamos hasta ahora, el interés por invertir en experimentos digitales, criptomonedas, inversiones en la bolsa al alcance de un click en un teléfono inteligente o las transacciones financieras que no requieren más del uso de dinero físico, son solo un ejemplo de lo que veremos en los próximos años, empujados por una pandemia que aceleró la transición a una economía digital.


Para dimensionar adecuadamente el caso, de acuerdo con los análisis realizados por la consultora McKinsey, tan sólo en Estados Unidos para finales del 2020, el valor de mercado de la Banca comercial era sólo de 4.9 veces el valor del total de las instituciones financieras digitales, las famosas Fintech. Para finales del 2021, se reporta un recorte de esa brecha de mercado a sólo 3.2 veces el valor total de las empresas digitales y la diferencia sigue en franco recorte, es decir, en palabras más claras y sencillas, los bancos pierden terreno frente a las Fintech en cuanto a acceso financiero de las personas se refiere.


La estrategia planteada por Citigroup, en palabras de Jane Fraser, la capitana de ese barco debe leerse pues, como un claro mensaje del inicio de una nueva era, en donde la banca preferirá financiar a las Fintech y dejar que sean éstas las que asuman el costo financiero de la administración de las carteras.


No es una señal apocalíptica del derrumbe de la economía en nuestro país, como algunos anticipan, en México tenemos un sector financiero altamente diversificado y Citibanamex es un jugador muy importante pero no es el único, ni será irremplazable, podemos agradecer al tan odiado IPAB (herencia del Fobaproa), el que en México, sus ahorros, los míos y los de todos aquellos que cuentan con acceso a la banca, estén debidamente protegidos por hasta 2.7 millones de pesos por cliente, por lo que esta columna busca dar un mensaje de calma, sus inversiones y ahorros no corren peligro, aunque, si usted es tarjetahabiente de este grupo, deberá estar al pendiente de quien se quedará con el negocio, porque de ello dependerán los eventuales ajustes y cambios que tendrá la institución.


¿Hay algo que deba preocuparnos entonces de este proceso? Sí claro, quien se quedará con esta institución, el gobierno mexicano, que ya estaba al tanto de esta transacción desde agosto del 2021 a decir del propio Secretario de Gobernación, es quien determinará si esta será una simple y tersa transacción comercial o se convertirá en un mal precedente para los próximos años, ¿Y por qué es el gobierno el que tiene este papel tan importante? Porque aunque es un negocio entre particulares, son las instituciones como la Secretaría de Hacienda, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, la COFECE y el propio Banco de México, quienes deberán cuidar que no se vuelva a concentrar la participación en el sector en un mismo grupo, que en caso de vaivenes e inestabilidades, de esas que se dan con más frecuencia de las que quisiéramos, menee el avispero y destruya el delicado equilibrio que nos ha permitido sobreponernos a las peores adversidades globales de los últimos años.


Esta puede ser la oportunidad de que lleguen nuevos jugadores que mejoren la calidad de los servicios y enriquezcan la oferta, ojalá que este discurso ultranacionalista en donde el propio gobierno ya mostró su afinidad con ciertos grupos de inversionistas tremendamente polémicos y muy interesados en la infraestructura de Citigroup, no nos haga repetir, otra vez, como en 1982 y en 1995, aquella película de terror, que significó la concentración del mercado, que ni envueltos en la bandera nacional, evitó que millones perdieran hasta la camisa de su patrimonio familiar.


MGPP Cynthia Valeriano López
Catedrática del Tec de Monterrey, Campus Toluca
cvaleriano@tec.mx