Lo mismo ocurre con la inseguridad. Hace unos días comentaba en este espacio que, al día, al menos en el Valle de Toluca, ocurren entre 10 y 15 asaltos al transporte público. Los teléfonos son el objetivo de los hampones que los venden descaradamente los fines de semana en mercados como "el piojo" de Toluca, y debo decirle que ahí, hasta los policías los andan comprando. Apenas, durante el inicio de las comparecencias ante el Congreso, con motivo de la glosa del informe de gobierno, el secretario Nemer, reveló que hubo una reducción del 5 por ciento en delitos de alto impacto; entre ellos, del 12 por ciento en el robo con violencia, pero, aunque pareciera un logro, las cifras siguen siendo elevadas y los rangos de impunidad altísimos. Vamos, las policías, preventivas e investigadoras, no hacen mucho, o nada, o casi nada. Me parece que crece el número de empleados en las oficinas, se construyen más inmuebles para combatir los delitos, pero, pocas son las puestas a disposición ante los jueces, comparado con los delitos que se cometen.
No decaigan, le diría al gobierno, pero usen más sistemas de inteligencia, más cámaras y menos policías ineficientes, de botas vaqueras y cadenas de chapa de oro colgando en sus pescuezos.
Ahora viene la temporada de escalada de precios. Sí, primero, el aumento al precio del transporte público, que piden sea de al menos 2 pesos por pasaje, y luego los precios en la canasta básica, que ha crecido en al menos un 30 por ciento, por la inestabilidad en el precio del kilo de tortilla y huevo, o carne. Y luego los desmedidos costos no regulados en los servicios de taxis o unidades de aplicaciones. Y ahí, justo en todo esto que le comentado, estamos usted y yo, todos, aguantando. Y cuando dicen que los héroes de la pandemia son los médicos y los empresarios que soportaron los embates de casos y cierres, yo digo que también somos la gente que no se ha rendido y aguanta sin recibir sueldo, como en muchos ayuntamientos, o que les bajaron al 50 por ciento el sueldo para no ser despedidos, o que tuvieron que salir a vender cosas o comida.
No normalicemos la violencia porque, los abrazos no balazos, nomás no están funcionando… Mi twiter @raulmandujano.