Tecnologí­a

La brecha socio-económica es el freno de la transformación digital en Latinoamérica

La brecha socio-económica es el freno de la transformación digital en Latinoamérica

Un informe especial de la CEPAL señala que en América Latina "las redes y la infraestructura de comunicaciones se utilizan de manera cada vez más intensiva para actividades productivas, educacionales, de la salud, de relacionamiento y entretenimiento

Las tecnologías digitales han sido esenciales para el funcionamiento de la economía y la sociedad durante la pandemia de COVID-19. Un informe especial de la CEPAL señala que en América Latina "las redes y la infraestructura de comunicaciones se utilizan de manera cada vez más intensiva para actividades productivas, educacionales, de la salud, de relacionamiento y entretenimiento. Avances que se preveía demorarían años en concretarse, se han producido en pocos meses".
El desarrollo y la adopción de soluciones tecnológicas están condicionados por factores estructurales de la región latinoamericana: un mercado laboral con una marcada informalidad, una clase media vulnerable, una infraestructura digital deficiente y brechas socioeconómicas en el acceso y la conectividad.
Algunos datos sobre la transformación digital en la región
Desde 2020 el uso de aplicaciones de teletrabajo - como Zoom o Google Meet - aumentó un 324% y la educación en línea creció un 60%. Además, la migración digital ha impulsado el comercio electrónico y se ha incrementado la presencia en línea de las marcas y el número de sitios web empresariales y tiendas online.
En México, muchas empresas han decidido invertir en presencia digital, que creció más de 500% respecto al período pre-pandemia, así como crear una tienda online. Las páginas web de comercio electrónico aumentaron un 450%.
Esto ha ido de la mano con un avance en la producción de contenidos locales. A pesar de ello, en muchos países latinoamericanos la mayoría de los contenidos que se consumen a través de Internet son extranjeros, sólo entre el 23% y el 34% de los sitios web más populares son locales. Chile es el único país de la región donde esta cifra supera el 45%.
Desafíos en Latinoamérica
Las soluciones digitales tienen un papel preponderante en la lucha contra el COVID-19 y la constitución de la "nueva normalidad" post-pandemia. No obstante, preocupa que esto profundice la desigualdad que caracteriza a los mercados laborales en América Latina y el Caribe.
Las diferencias en la conectividad entre la zona urbana y la rural son significativas en la región: mientras que el 67% de los hogares urbanos está conectado a Internet, en zonas rurales esta cifra desciende al 23%. En algunos países, como Bolivia, Paraguay y Perú, más del 90% de los hogares rurales no cuentan con conexión a Internet.
Por otra parte, si bien el teletrabajo aumentó significativamente, el porcentaje de puestos de trabajo que pueden realizarse a distancia depende del PIB y de los grados de informalidad de cada país. Así, por ejemplo, en la República Dominicana, la baja conectividad hace que apenas el 11% de los ocupados pueda teletrabajar, mientras que en países con mayor acceso a Internet, como Chile y el Uruguay, menos del 5% de sus trabajadores se vería imposibilitado.
En relación con la educación en línea, sólo es posible para quienes cuentan con conexión a Internet y dispositivos. En América Latina el 46% de los niños y niñas de entre 5 y 12 años vive en hogares que no están conectados. Por otro lado, mientras que más del 70% de los estudiantes en los niveles socioeconómicos altos tiene computadoras portátiles en sus hogares, solo entre el 10% y el 20% de los que poseen menores ingresos cuentan con estos dispositivos.
CEPAL sugiere varias propuestas para disminuir la brecha digital en la región, una de ellas sugiere crear una canasta básica con dispositivos TIC -computador, celular inteligente o tablet y acceso a Internet- para los hogares sin conexión de cada país. Esto, según la entidad, tendría un costo anual inferior al 1% del PIB.
Aún queda mucho por avanzar. De ello depende que nuestros ciudadanos estén preparados para asumir los desafíos y demandas de la nueva normalidad post-pandemia.