Educación

Crecimiento de la economía nacional y autoritarismo distinguieron al porfiriato

Crecimiento de la economía nacional y autoritarismo distinguieron al porfiriato

Durante la administración de Porfirio Díaz el Estado se centralizó en el poder ejecutivo, sobre los poderes legislativo y judicial, así como los gobernadores.

El gobierno de Porfirio Díaz se caracterizó por el crecimiento de la economía nacional y su autoritarismo, resaltó la académica de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México, Andrea María del Rocío Merlos Nájera, al participar en el Primer Coloquio sobre la Revolución Mexicana.

En el Instituto de Estudios Sobre la Universidad (IESU), la universitaria refirió que durante la administración de Díaz el Estado se centralizó en el poder ejecutivo, sobre los poderes legislativo y judicial, así como los gobernadores.

El oaxaqueño, indicó la universitaria, se reeligió en varias ocasiones, mediante el uso de la fuerza militar y, por ello, es calificado como dictador, ya que además, gobernó con facultades discrecionales, extraordinarias y despóticas.

Por otro lado, expresó que durante sus primeros años como presidente, de 1876 a 1880, permitió la creación de partidos políticos, así como la libertad de expresión en los medios de comunicación; sin embargo, a partir de 1880 se comenzaron a percibir las primeras acciones de autoritarismo.

La especialista afirmó que la administración de Díaz se enfocó en el crecimiento y desarrollo económico del país. "Intentó colocar a México a la vanguardia y catapultarlo como un país moderno".

Las máquinas de vapor, manifestó, permitieron la producción de azúcar, maíz y otro tipo de cultivos a gran escala; en tanto, el ferrocarril posibilitó exportar estos materiales a diversas partes del mundo. "Todos los sectores de la economía fueron al alza".

Durante el Porfiriato, puntualizó, se modernizaron varias ciudades de México a gran velocidad; se construyeron museos, teatros, monumentos a héroes patrios, restaurantes y el transporte se desarrolló a gran escala.

Sin embargo, subrayó Rocío Merlos Nájera, los grandes avances económicos no repercutieron en el bienestar de la población en general, ya que la mayor parte de las tierras pertenecían a hacendados o inversionistas extranjeros, el cual fue uno de los factores que propició la Revolución Mexicana.