Inicia formalmente el debate interno entre los priistas para definir el rostro que deben presentar en sus próximos retos electorales. Es una discusión de varios temas que por lo bajo ya se ha venido dando y entre esos hay muchos que esperan sea el momento para abrir el camino a nuevas generaciones de políticos que presumen trabajo de base, aunque sin apellidos prominentes, con derecho quieren su turno.

Entre aquellos habrá unos tantos preocupados por ver quizá su último tren partir en las estaciones tricolores, y así tal vez sólo les falte un empujón para emigrar a otras tribus.

Paradójico o desafío monumental será que quienes logren prosperar en su aspiración interna quizá tengan que enfrentar las contiendas externas en las condiciones menos favorables para su partido. El hombre es él y su circunstancia, decía Ortega y Gasset. No los perdamos de vista, no todo está escrito.