EN ASCUAS

Oscar Glenn

EN ASCUAS

Inclusión es el término más invocado cuando se avizora la bonanza; la exclusión sólo se anhela con el infortunio.

No han sido pocas las voces y las plumas que en días recientes con seguridad han afirmado que ya está definido el candidato del PRI a la gubernatura mexiquense, aunque en esas mismas premoniciones no haya unanimidad. Las deducciones como la información "privilegiada" y de "buenas fuentes" que fluyen en diferentes sentidos dan para pensar que hay un margen de variación y entonces lo que se ha propagado no deja de ser un anhelo o una apuesta.

Sería un tanto aburrido dar por resuelto el asunto y además pasar por alto que aún con esos rumores, más la historia conocida, con las intrigas y los mitos urbanos que circulan en torno a las designaciones de candidatos del tricolor, es un hecho invariable hasta hace cinco años, que quienes fueron ungidos como abanderados acabaron por convertirse en gobernadores; lo cual no es poca cosa como para no repensarlo tres veces, máxime que en las condiciones de la actual contienda y la dinámica social derivada del uso de las nuevas tecnologías de la información, hay circunstancias inéditas que los priistas no quisieran arriesgar a que pasaran a lo insólito, como por ejemplo una derrota.

A esta situación se suma el que los integrantes de los equipos cercanos a los suspirantes priistas más visibles, continúan de manera discreta o descarada expresando alternadamente su confianza en que sus jefes sean elegidos, como sus dudas por cuándo, cómo y dónde será revelado el nombre del abanderado. Re-concluyó: La decisión está por darse.

Con la (previsiblemente) malograda alianza entre PRD y PAN, muchas opiniones coinciden que el camino está relativamente allanado para que el partido en el gobierno permanezca, pero el asunto no acaba ahí, pues además de que aún está por verse si hay algún candidato o candidata opositora que logre aglutinar el descontento social persistente en México y el ungido tricolor no decepcione. Me gusta pensar que la elección estará auténticamente en el terreno de los ciudadanos, salvo que rechacemos en mayoría esa posibilidad.

Curiosamente hay algo que hoy tienen en común los tres principales partidos del estado y es la necesidad de exorcizar sus demonios internos inconformes para que no acaben por decrecer en la próxima elección de gobernador, pero el único aspirante que ha tomado la inclusión como bandera es el Priista Ricardo Aguilar Castillo, pues todos la demandan y la quisieran para sí, ninguno más que yo haya visto la promueve y la ofrece como valor en esta contienda interna y para el futuro, como lo está pregonando el subsecretario de SAGARPA, que sin duda con la experiencia de haber sido presidente del tricolor y luego de mirar a distancia al estado, sabrá cuanto puede valer esa divisa.

Significativo es que dentro del tricolor con una baraja tan respetable, esa idea de no dejar fuera a ninguno de los grupos de peso específico como evidentemente suele pasar, hoy se convierta en un factor que no intente poner a prueba la disciplina que han presumido durante décadas.



PROVOCACIONES

REBOTES: Le hemos cargado calor al canciller por la necesidad de una óptima relación con Estados Unidos y tiene mucha chamba por hacer, pero la realidad quienes tienen más deuda con los mexicanos son los que han conducido la política social, los programas para el desarrollo que no han servido para salir de la pobreza sino para preservarla y generar dependencia de los beneficiarios, que en muchos casos en cuanto pueden intentan cruzar la frontera para estar mejor. La culpa no es de Trump, los responsables tienen pasaporte mexicano. Y tienen mucho por hacer ​sin que dependa del vecino y ​ pronto.

​gracias por sus comentarios en TW: @oscarglenn FB: Oscar Glenn