Diecisiete de agosto de 2019

Oscar Glenn

Diecisiete de agosto de 2019

La impotencia y la furia evidente en las manifestaciones protagonizadas por mujeres para exigir a las autoridades que pongan un alto a la violencia y el crimen que les acecha de manera incontenible, están marcando a nuestra sociedad, han dejado huella por las calles por donde transitan para que su exigencia no se olvide en un instante.

A riesgo de ser descalificadas e infiltradas esas manifestaciones, la persistencia de las mismas todavía no tiene una reacción inteligente ni suficiente de parte de los gobiernos que estupefactos y desesperados balbucean.

No se trata de que se desahoguen y al día siguiente les aceche el mismo peligro. Al muchos las pintas, los destrozos, molestan, incomodan, si, pero se restauran, la vida no tiene la misma suerte y ese debe ser el mensaje.

Hace tiempo que se fue consintiendo y se normalizó el desorden, se ignoraron y se toleraron ilegalidades, incluso se trabaron complicidades que hoy no pueden extirpar.

Estos problemas ya no se resuelven con palabras, requieren más acciones de autoridad, visión y eficacia para acabar con la impunidad, no solo pensar en popularidad.

Hay decisiones quizá impopulares que se deben tomar, como hay decisiones populares que no se deberían ni considerar.

Si no pueden, búsquense otro trabajo.