Andrés Manuel López Obrador ratificó que durante su gobierno no investigará a individuos señalados por delitos de corrupción en la actual administración. El presidente electo reconoció que se trata de un "perdón" a "corruptos", pero aclaró que en cuanto inicie su gobierno ya no habrá tal. Para aquellos que ya estén enfrentando procesos, se dará continuidad hasta su culminación.

El Presidente parece dispuesto a incumplir su deber por ley, a menos que cree algún mecanismo legal para hacer su voluntad sin caer de responsabilidad por omisión. Habrá que verlo.

También tendremos que esperar como resuelve esta intención con el poder Legislativo y Judicial que llevan parte de responsabilidad en el cumplimiento de la justicia.

Mientras eso llega, desde el Senado, otra vez Ricardo Monreal, con fundamento hace acotaciones y se prepara para -al menos de palabra- tratar de cumplir con su deber como un poder no subordinado.

Es una ruta sinuosa que ha escocido el Próximo Presidente, a la luz de su obstinación con argumentos tan elementales, queda sólo desearnos suerte.