Es una verdadera grosería que el INSTITUTO FEDERAL DE TELECOMUNICACIONES confirme a los SENADORES que los bloqueadores de señales de telefonía celular de los penales no funcionan adentro, pero si afectan en los alrededores y que requieren una estrategia conjunta con las empresas para corregirlo.

Peor aún saber que cada día se realicen 36 mil llamadas desde siete penales y que a la par las cifras de extorsión telefónica crezcan impunemente.

Bizarro que se sepa que atraparon a un delincuente preliberado con brazalete electrónico, el cual intentó bloquear con papel aluminio y volvió a las andadas. Ese nivel de tecnología creen que tiene la Policia.

¿Nadie hoy sabe, ni quiere ni puede parar esto?

Ojalá sea parte de las prioridades de la nonata secretaría de seguridad en la cuarta transformación.