Por Raul Mandujano
Ayer por la mañana una noticia impactante sacudió a los medios de comunicación, a las redes sociales y espacios de noticias. Un niño de secundaria disparó con una pistola en contra de su maestra y compañeros. No fue una nota de las tradicionales de Estados Unidos, no, fue una noticia ocurrida en un colegio privado de Nuevo León.
Y mire, ni siquiera se trata de comprender las razones que tuvo este menor para hacer esto. Voy un poco más allá, voy hacia la saña de parte de nuestra sociedad por difundir las imágenes, para hacer escarnio del hecho, y despertar el morbo de la sangre.
Un video difundido por personal de la escuela o de la Policía. ¿Y quién es más sádico? ¿El niño? ¿El que difunde por un minuto de fama? Pero no nos confundamos, no se trata de obstaculizar la libertad de expresión, sino de comprender porque la violencia es ya cotidiana y nosotros, los ciudadanos, la hemos normalizado, la hemos hecho parte de nuestra vida e incluso la procuramos.
Ayer fue Nuevo León, antes Cancún en un bar del puerto, en Ecatepec, una senadora atacada a golpes, una banda de asaltantes de casas liberada por error, asesinatos en las cárceles, un menor ejecutado en un parque turístico, estudiantes que no estudian saqueando negocios, secuestrando autobuses de pasajeros y choferes incrementando tarifas a costa de una ciudadanía desprotegida y pulverizada en sus bolsillos…
Algo no esté bien y lo aceptamos, la sociedad está en crisis de violencia y normalizamos lo que sucede; no nos cuestionamos qué está mal en nosotros. Estamos perdiendo la batalla y más que construir un futuro, lo estamos dejando morir. Lo de Nuevo León fue triste, muy triste, hacer escarnio es ello es deprimente… Mi twiter @raulmandujano.
Y mire, ni siquiera se trata de comprender las razones que tuvo este menor para hacer esto. Voy un poco más allá, voy hacia la saña de parte de nuestra sociedad por difundir las imágenes, para hacer escarnio del hecho, y despertar el morbo de la sangre.
Un video difundido por personal de la escuela o de la Policía. ¿Y quién es más sádico? ¿El niño? ¿El que difunde por un minuto de fama? Pero no nos confundamos, no se trata de obstaculizar la libertad de expresión, sino de comprender porque la violencia es ya cotidiana y nosotros, los ciudadanos, la hemos normalizado, la hemos hecho parte de nuestra vida e incluso la procuramos.
Ayer fue Nuevo León, antes Cancún en un bar del puerto, en Ecatepec, una senadora atacada a golpes, una banda de asaltantes de casas liberada por error, asesinatos en las cárceles, un menor ejecutado en un parque turístico, estudiantes que no estudian saqueando negocios, secuestrando autobuses de pasajeros y choferes incrementando tarifas a costa de una ciudadanía desprotegida y pulverizada en sus bolsillos…
Algo no esté bien y lo aceptamos, la sociedad está en crisis de violencia y normalizamos lo que sucede; no nos cuestionamos qué está mal en nosotros. Estamos perdiendo la batalla y más que construir un futuro, lo estamos dejando morir. Lo de Nuevo León fue triste, muy triste, hacer escarnio es ello es deprimente… Mi twiter @raulmandujano.
