Imagogenia: Vivir en México es un riesgo, vivir en México y ser periodista es suicida.

Martha Nava

Imagogenia: Vivir en México es un riesgo, vivir en México y ser periodista es suicida.

México es un país de incongruencias, bien decía Bancroft (1887) en el prólogo de la biografía que escribió de Porfirio Díaz -del cual citaré un breve párrafo- "...una tierra de contradicciones. Ligeras y opacas nubes se oponen triunfantes al poderoso sol; el viento sopla cálido y frío; ...Plantas jugosas nacen en desiertos sin agua, y en las llanuras bajo un sol vertical, se levantan volcanes de nieve. La riqueza ilimitada de la naturaleza, explotada por siglos, parece un mito, amortajada con tanta pobreza. Es una tierra nueva y no obstante vieja, próxima y sin embargo lejana, pintoresca aunque sencilla, inspirando la incertidumbre y el peligro; ...Y al tratar del hombre y de sus actos, hallamos también palabras en contradicción con otras, e imágenes incongruentes y contrarias."

Han pasado 130 años de la publicación de éste libro y sin embargo cada palabra me suena familiar, cada palabra me hierve en la sangre. México es una tierra de contradicciones porque entre sus altos índices de inseguridad y violencia se difuminan las maravillosas postales que nos regala la naturaleza mexicana o la arquitectura ancestral patrimonio de la humanidad; a México hoy en día no se le conoce en el mundo por lo bueno, hoy en día se le conoce por lo malo, por lo inseguro.

Si vivir como un ciudadano común y corriente nos ha convertido en seres paranoicos que no bajan el vidrio del auto para pedir indicaciones o que miran sospechoso a todo aquel afuera del centro comercial, para el periodista mexicano está tierra es zona minada.

La imagen de México hacia el exterior ha decaído de forma precipitada desde la estrategia que se implementó en el sexenio de Felipe Calderon en 2006 la famosa "guerra contra el crimen organizado", tanto así que a la fecha algunos países como Estados Unidos emiten alertas de viaje a estados como: Baja California, Chihuahua, Sonora, Estado de México, Sinaloa, Coahuila y Tamaulipas; pareciera que viajar a México no es un placer sino una amenaza a la vida y no son criticables estas advertencias, las ejecuciones y la violencia siguen siendo temas que no se han controlado.

Esta imagen de violencia se ha generalizado a tal grado que en muchos rincones del mundo creen que todos los mexicanos somos criminales, narcotraficantes o conocemos a alguno y con buen motivo nada menos hace unos días el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS por sus siglas en inglés) publicó que México ocupa el segundo lugar en el ranking de las naciones más letales -por debajo de Siria- con 23 mil muertes vinculadas al narcotráfico.

A lo anterior se suma la sexta muerte de un periodista sólo en 2017, Javier Valdez, quien escribió libros como: "Miss Narco", "Los Morros del Narco", recientemente "Narcoperiodismo", entre otros trabajos periodísticos. Lamentable es saber que aquel que busca, en esa lucha social y venerable, hablar con la verdad y educar al ciudadano sobre lo que sucede en su país se haya convertido en blanco fácil de la violencia, de aquello que corroe lo más sagrado de la sociedad la libertad; lo que es peor, aún no existe una estrategia para controlar la problemática y solucionar este enorme problema de reputación -es decir de imagen- que vive nuestro país.

Esta crisis perceptual debe remediarse de forma inmediata, la imagen de México está de por medio y con esto rubros como: el turismo, la inversión, la educación, la investigación y otras tantas esferas fundamentales para potenciar a México de fondo; es fundamental difundir con honestidad lo bueno y lo malo -de mano de los medios de comunicación, sin miedo-, trabajar por solucionar las problemáticas -y solucionarlas- y redoblar los esfuerzos para promover lo bello que es nuestro país y todo lo bueno que tiene para ofrecer.