Sentido Común

Oscar Glenn

Sentido Común

El problema que se ha generado por la forma en que el Gobierno del Presidente López Obrador, a través de su Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, ha determinado transferir a los integrantes de la Policía Federal a la Guardia Nacional, me sigue pareciendo autogenerado y muy mal manejado.

Lamentablemente este asunto es otro caso en donde los actuales funcionarios repudian todo lo que no sea su creación, luego tratan de cubrir la falta de planeación e impericia en sus acciones, con autoritarismo y terminan por generarse más problemas de los que pueden resolver.

Después de cinco días de protestas de cientos de policías federales inconformes por las posibles condiciones en que alguien les dijo que serían transferidos a la nueva corporación, afectando sus condiciones laborales y derechos ganados, el Presidente ha recurrido otra vez a la teoría del complot, reviviendo como enemigo al Ex Presidente Calderón; ha sido insistente en que los insurrectos no merecen ser escuchados, ni es legítima su protesta por "estar echados a perder", ser corruptos y además ahora ser desobedientes y desleales, desde el momento en que alzan la voz para defenderse lo que creen que es injusto y afecta su estabilidad. ¿Hacía falta?

La labor de un policía o de un militar hoy, o de un guardia nacional mañana, no es sencilla y debe tener algunos aspectos que compensen el gran peligro, el riesgo, el esfuerzo físico, el tiempo y hasta el alejamiento de la familia, para que valga la pena, merezca la lealtad y la persistencia en la labor; pero que el Comandante Supremo muestre tal desprecio generalizado e incontenible para descalificar totalmente como corruptos a quienes creen que tienen el derecho de contraponerse a sus indicaciones o de pedir un poco de respeto como personas, hay que tomarlo con cuidado..

Les han dicho a los inconformes que se respetarán sus derechos laborales, que les ofrecerán alternativas para asumir nuevas funciones en la nueva corporación, pero ahora ya no creen que haya garantías, y subrepticiamente se dice que también les han intentado intimidar con las medidas que les esperan por haberse insubordinado al presidente.

Es más que lamentable todo esto, porque el crimen se manifiesta cada día cruento e incontenible y ante ello el Presidente tiene toda la autoridad y el deber para hacer aquello que considere legalmente válido para acabar con el problema como se lo exigimos todos los mexicanos, con esa base de apoyo en el Congreso creó la Guardia Nacional.

Hay quienes comentan que el Presidente hace bien y es justificado su accionar por ser ésta una decisión de estado, donde lo más importante era precisamente salvaguardar la estabilidad del estado hoy amenazada, estoy de acuerdo y por eso mismo debieron aplicar una mejor estrategia.

Si estos elementos que hoy protestan no sirven para la Guardia Nacional, no debieron intentar llevarlos, solo liquidarlos e indemnizarlos. Si son corruptos como asegura el mandatario, no los tendría que echar a la calle así, sino investigarlos y sancionarlos cuando proceda.

Generaron algo inédito, manifestaciones de policías federales, parece que no imaginaron que nadie dijera que no a una orden.

Acaban de celebrar un año de haber ganado Morena la Presidencia y tiene siete meses en el poder, pero ¿ese mismo tiempo no les fue suficiente para planear la transición en el esquema de seguridad? Le invirtieron más creatividad al festejo quizá.

¿Y el Sentido común? Dice el Presidente que eso es lo que hace falta para gobernar pues no es ninguna ciencia, aquí lo deberían presumir.

La falta del mismo, está creando con los inconformes eventualmente otro frente de lucha y quizá nuevos enemigos entre algunos de los que prefieran dejar los uniformes.

Ojalá que no. No hacía falta.