El mesías que nunca llegó

Javier Martinez

El mesías que nunca llegó

*PRD EdoMéx débil para ayudar a sostener el registro nacional*

*Pupila de AMLO en picada, encuestas la posicionan a la baja*

El mesías no llegó, no bajó el precio de la gasolina, tampoco disminuyó la inseguridad, al contrario, aumentó, no se ve un sistema de salud de primer mundo en el corto plazo, la corrupción no acabó y mucho menos tiene culpables, la economía no mejora, al contrario, los índices de crecimiento son muy bajos.

La Mayoría Silenciosa tiene lustros buscando al mesías que lo saque de la desgracia, como era esperarse, no lo ha encontrado; los mexicanos no entienden que la solución a sus problemas se encuentra en nosotros mismos, no en nuestros gobernantes.

El festejo para conmemorar un año del triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las urnas dejó en claro que su popularidad apenas ha mermado un poco, los que asistieron al Zócalo de la Ciudad de México se entiende fueron atraídos por la música y, otros muchos, acarreados por el partido Morena que no podía dejar morir solo a su líder. Todo al más puro estilo del PRI.

Después del triunfo arrollador en las urnas, la esperanza de México quedó sepultada por los resultados, el rayito de luz se eclipsó; sin embargo, López Obrador atribuyó los problemas a la herencia del antiguo régimen.

El presidente de la República no tuvo nada que presumir, su discurso es el mismo, acabar con la corrupción, obvio sin culpables, ahorrar mucho dinero (113 mil millones de pesos) sin analizar en dónde es adecuado hacerlo para no perjudicar sectores, aplicar el populismo al desarrollo social y la austeridad republicana, logró que es necesario reconocer ya está en marcha.

Nuestro presente no es nada halagador, partidos debilitados, poder unipersonal, congreso a modo, oposición sin ideas, miles de burócratas quejándose porque el sistema está cambiando y se quedaron sin trabajo, y lo peor que nos puede pasar, no hay proyecto de nación, no hay camino a seguir.

Hasta ahora lo único que se ve en López Obrador es su tenacidad para desmembrar el viejo sistema, dañando su economía, a sus fieles en las instituciones, a sus alfiles en posiciones claves y desterrando toda la putrefacción en las dependencias del Gobierno Federal. Sin duda, está cimentando el camino para dejar a la izquierda en el poder por varios años, tal y como lo hicieron en el antiguo Distrito Federal.

La Mayoría Silencios observa con preocupación, al mismo tiempo, hay muchos que todavía tienen esperanza; el tiempo dirá quién tiene la razón, por ahora, sólo falta esperar. Me quedó con una frase que leí en redes sociales, "dicen que es poco tiempo para juzgar un gobierno, ¿pero también es poco tiempo para celebrar?".

En el PRD

La estrategia que se plantea al interior del PRD tiene mucho que ver con la elección del 2021, los estados de Michoacán, Guerrero y Estado de México forman un triángulo en donde se espera cimentar los votos necesarios para salvar el sol azteca de perder el registro; sin embargo, les preocupa la debilidad perredista en territorio mexiquense.

Hace algunos años, el PRD del Estado de México era un referente en la aportación de votos para sostener el registro del partido, siempre ganaron municipios importantes, hubo momentos en que fueron competitivos para ganar la gubernatura. Gracias al desempeño de sus dirigentes nacionales aprobaron el "Pacto por México" y al dirigente estatal, Omar Ortega, quien con un desatinado liderazgo hundió más a su partido; hoy el sol azteca esta a punto de perder el registro. Esperemos que no se así, por el bien de la izquierda y para darle mayores opciones a La Mayoría Silenciosa en las elecciones.

En la Ciudad de México

Por más que cuenta con la confianza de Andrés Manuel López Obrador, la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, no levanta, las encuestas publicadas recientemente en un medio de circulación nacional demuestran que va en caída libre.

A su llegada a la CDMX, en diciembre, su aprobación estaba en 55.9%, contra 15.4% en contra; a siete meses de gobierno, su aprobación cayó a 39%, es decir, 16 puntos abajo, y la desaprobación subió a 42%, 27 puntos más.

Así las cosas, si Andrés Manuel López Obrador está pensando en apoyarla de cara al 2024 será mejor que vaya buscando otro delfín, porque este parece que no llegará bien posicionado a esas fechas.