No lo hubiera dicho

Oscar Glenn

No lo hubiera dicho

La pregunta y el contexto planteados por el Periodista Jorge Ramos, fueron concisos para obtener una respuesta precisa del Presidente de México en la conferencia de prensa que ofreció el pasado viernes doce de abril en Palacio Nacional.

"…durante sus primeros tres meses asesinaron a 8,524 mexicanos, si continúan las cifras igual el 2019 va a ser año más sangriento y violento en la historia moderna de México… ¿qué va a hacer a corto plazo para que no maten a tantos mexicanos y para que México no siga siendo uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo?"

Esto provocó que el Presidente López Obrador, respondiera describiendo el enfoque diferente del Gobierno que encabeza para enfrentar el problema del crimen y la delincuencia, negando que el número de muertes en el primer trimestre hubiera aumentado en comparación con el gobierno anterior, argumentando enseguida que el promedio diario de muertes en cada mes, es menor, aceptando al final que "…las cifras totales no las tengo, pero te las voy a dar".

La insistencia del Presidente en que se han mantenido los niveles de violencia que existían anteriormente o se revirtió la tendencia de homicidios, dio lugar a que el periodista señalara que las cifras oficiales no muestran disminución, lo que acabó por aceptar el mandatario, para comprometerse enseguida a que bajaría el número de homicidios diarios como lo hizo cuando fue Jefe de Gobierno en la Capital del País.

La polémica generada por esto, llevó a que una parte de la opinión publicada en redes sociales, hoy tache al periodista de altanero o protagónico, por haberse atrevido contradecir al mandatario; pero yo no encuentro altanería o falta de respeto al re-preguntar -como lo debería hace cualquier periodista si le dieran oportunidad- siempre que el entrevistado evade o se desvía en las respuestas.

Las entrevistas suelen ser una contienda de inteligencia, donde el entrevistado trata de decir lo que quiere y el periodista trata que diga lo que hace falta revelar, es parte del diálogo circular que tanto presume el Presidente como mecánica de su comunicación institucional, sólo que esto implica riesgos cuando no se hace en ambientes controlados, subestimó a sus interlocutores o no se preparó para enfrentar otra interpretación de su propia información.

Lejos de indignarse, esto debería entusiasmar y marcar un nuevo tono en las conferencias mañaneras, dónde se optimice el tiempo, sean más concretas y reveladoras las respuestas, además que con respeto pero con sentido crítico, se establezca ese dialogo entre profesionales de la política y del periodismo.

En la mala continuación de esta polémica, este lunes al respecto el Presidente textualmente dijo ante los reporteros:

, "dicen que Jorge Ramos si es buen periodista... no, yo pienso, con todo respeto, discrepo, creo que ustedes no sólo son buenos periodistas, son prudentes… porque aquí les están viendo y si ustedes se pasan, pues ya saben ¿no? lo que sucede ¿no?... pero no soy yo, es la gente, no es conmigo, es con los ciudadanos, que ya no son ciudadanos imaginarios…"

"…vamos a garantizar las libertades, dialogo circular, debate, cuestionamientos con respeto y mensajes de ida y vuelta, porque también eso es importante… dicen: es que el Presidente no debe desacreditar a los medios, ¡ah! ¿Los medios si pueden desacreditar al Presidente, y el Presidente se tiene que quedar callado? ¡Eso si No! Voy a ejercer mi derecho de réplica, siempre, con respeto

Se entiende como una incitación amenazante. Ojalá no lo hubiera dicho el Presidente. Nadie quiere que se deje de "los medios"; sí que ejerza su derecho de réplica, apoye su verdad con la dureza y precisión de los datos; que asuma cuando es impreciso, enmiende y continúe con su trabajo, que apenas va empezando.

Ojalá no se altere cuando el diálogo no va por dónde desea.