Mire Usted, el primero de enero de 2018, despertamos con un "gasolinazo". El precio por litro de gasolina estaba en 16.30 pesos por litro, y nos preguntábamos ¿Qué pasó? Y es que Peña prometió que, una vez aprobadas las reformas estructurales, no habría aumentos, ni en la gasolina, ni el gas, ni la luz. Él rompió su promesa.

Cheque usted, Vicente Fox recibió su administración con un precio por litro en la gasolina de 5.20 pesos, y al concluir su gestión, estaba en 6 pesos con 74 centavos. Felipe Calderón por su parte terminó el sexenio con un precio de 10 pesos con 81 centavos. Y Peña Nieto concluyó su gestión con 19 pesos y 40 centavos por litro de gasolina, un incremento del 100 por ciento en sus seis años de gobierno.

Para algunos especialistas, Peña aumentó el precio de la gasolina para cubrir el déficit fiscal de su gobierno y estabilizar sus finanzas públicas, dicen que gastaba más en imagen que en acciones. Tan sólo, por ejemplo, Enrique Peña recibió al país con una deuda de 4 billones de pesos, y lo dejó adeudado cpn más de 9.4 billones.

Pero ¿y a qué viene todo esto? Veamos, a diferencia de 2018, este año no lo recibimos con un "gasolinazo", pero ya tuvimos uno, y fuerte. En el gobierno dicen que lo ocurrido fue un aumento en el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, el IEPS, así que más que incremento al precio de gasolina, lo que pasó fue un ajuste. Ah bueno!

Mire usted, no. AMLO incumplió, que no habría aumentos y los hubo. El actual presidente asegura que en tres años bajarán los precios de las gasolinas, pero no será por decreto presidencial. La nueva promesa es que al final, el precio andará por allí de los 10 pesos. Mientras, en estos tres años no habrá incrementos en la gasolina, solo ajustes. Algo nos dice que las cosas no son como las imaginaba el señor, y ahora llega la temporada de pretextos… Mi twiter@raulmandujano.