Tras la explosión de un ducto de gasolina en Tlahuelilpan, Hidalgo, que hasta ahora ha dejado 91 personas sin vida y 55 hospitalizadas, es insistente la polémica sobre lo inadecuado de que el Gobierno de México ofrezca ayuda a los familiares de los que murieron mientras robaban gasolina y más inaceptable que se mencione siquiera la posibilidad de alguna indemnización gubernamental.

Se ha comentado reiteradamente en este gobierno el combate a la impunidad, por eso no es poca cosa el número de opiniones que apuntan con esa idea a que no debería apoyarse a damnificados más allá de lo humanitariamente indispensable, pues de otra forma no habrá escarmiento suficiente para inhibir a los que creen que robar combustible no es una falta grave, y lo ratificaran si se les ofrece todo tipo de ayuda y perdón.

Otras opiniones en el debate sobre el combate al robo de gasolina apuntan que se ha demostrado que ni los exhortos ni las ofertas de apoyos del Presidente para que le ayuden a combatir la corrupción y frenar a los "huachicoleros" han funcionado, pues a la menor "fuga" se agolpan numerosos grupos de personas que pasando por alto el riesgo tratan de llenar sus garrafas, como penosamente ha sido evidenciado en videos.

Pero el Presidente López Obrador ha encontrado en la tragedia, el espacio para reiterar y ampliar su oferta de apoyos, enfocándose por la ocasión en las familias que viven en el entorno de los ductos de PEMEX, una "ruta de bienestar", argumentando que durante años, el abandono y falta de oportunidades orillaron a la gente a buscar mejorar sus condiciones de vida aun a costa de su seguridad.

Dice el mandatario respetar a los expertos que piensan que las transferencias y programas sociales no sirven para que la gente salga de la pobreza, o deje de delinquir; pero él asegura que tiene conocimiento para sostener que en una sociedad tan desigual como la nuestra es indispensable la participación del estado para apoyar a los pobres, y es un proceso gradual. ¡Ojalá!

Este martes vamos a conocer esa nueva oferta con la que el mandatario espera convencer que ya ninguna persona ponga en riesgo su vida, no proteja ni cometa ningún acto ilícito, y quisiera verlo, pero ¿no sería bueno establecer algún tipo de corresponsabilidad u obligación para quienes estuvieron vinculados con un delito y dar apoyo o recompensa extraordinaria para los que ni en la miseria más dolorosa se han permitido quebrantar la Ley? Si se trata de repartir al menos que se estimule más lo bueno.

Del lo que piense el nuevo Fiscal sobre todo esto, estamos esperando verlo en el cumplimiento de su deber.