Una expectativa es la esperanza o posibilidad de conseguir algo. Nos motiva para seguir una ruta, cumplir una tarea, mantener un esfuerzo o seguir a alguien en una propuesta; cuando no se cumple, surge la decepción y la pérdida de confianza. Ese es el reto del nuevo gobierno: cubrir las expectativas.
Desde la noche del primero de julio pasado, el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador y su equipo han ocupado -permanentemente- los principales espacios de los medios de información, los mismos que ahora son calificados como "fifí" por el propio López Obrador.
Ratificando sus propuestas de campaña, anunciando a su equipo, dando a conocer proyectos, opinando sobre el presidente estadounidense, Donald Trump, o por el nuevo acuerdo comercial entre Canadá, Estados Unidos y México. Todos los días hacen crecer las expectativas.
Es notorio que hay poca resistencia a la crítica y la reacción inmediata es descalificar. "O están conmigo o en contra mía" parece ser la máxima. Se dice respetar la libertad de expresión, pero ya está la amenaza de disminuir los recursos destinados a los medios de información y, sobre todo, a quienes sean "fifí".
A partir de la repetición se pretende colocar en la mente de las personas que los periodistas y medios que le critiquen son "conservadores" y están en contra de su llamada "cuarta transformación". Los propios medios y los "líderes políticos" le siguen el juego. Se han ajustado -literalmente- a sus dictados.
La semana pasada visitó Toluca. Anunció 46 mil millones de pesos para el Estado de México en programas de "bienestar social" y delineó lo que será su programa de seguridad… ¡Y sin tener presupuesto autorizado en el Congreso de la Unión! Más expectativa.
Integrantes de su "gabinete" hacen anuncios y hasta amenazan, como lo hizo Javier Jiménez Espriú -propuesto como secretario de Comunicaciones y Transportes-, al recorrer la zona donde se construirá el Nuevo Aeropuerto Internacional de México.
La expectativa se abolla, lo mismo con las apariciones en la revista "Hola" o las señales confusas para el aeropuerto, con la suspensión de los foros educativos y los foros para la pacificación y reconciliación nacional.
Las expectativas muestran desgaste, porque su administración empezó en julio de 2018 y apenas entrará en funciones el primero de diciembre. Los estudios indican que si en los primeros 100 días de gobierno los ciudadanos no percibimos que las cosas serán mejores, podría iniciar el desencanto con la "cuarta transformación". Así de efímera puede ser una expectativa.
Ricardo Joya C
Desde la noche del primero de julio pasado, el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador y su equipo han ocupado -permanentemente- los principales espacios de los medios de información, los mismos que ahora son calificados como "fifí" por el propio López Obrador.
Ratificando sus propuestas de campaña, anunciando a su equipo, dando a conocer proyectos, opinando sobre el presidente estadounidense, Donald Trump, o por el nuevo acuerdo comercial entre Canadá, Estados Unidos y México. Todos los días hacen crecer las expectativas.
Es notorio que hay poca resistencia a la crítica y la reacción inmediata es descalificar. "O están conmigo o en contra mía" parece ser la máxima. Se dice respetar la libertad de expresión, pero ya está la amenaza de disminuir los recursos destinados a los medios de información y, sobre todo, a quienes sean "fifí".
A partir de la repetición se pretende colocar en la mente de las personas que los periodistas y medios que le critiquen son "conservadores" y están en contra de su llamada "cuarta transformación". Los propios medios y los "líderes políticos" le siguen el juego. Se han ajustado -literalmente- a sus dictados.
La semana pasada visitó Toluca. Anunció 46 mil millones de pesos para el Estado de México en programas de "bienestar social" y delineó lo que será su programa de seguridad… ¡Y sin tener presupuesto autorizado en el Congreso de la Unión! Más expectativa.
Integrantes de su "gabinete" hacen anuncios y hasta amenazan, como lo hizo Javier Jiménez Espriú -propuesto como secretario de Comunicaciones y Transportes-, al recorrer la zona donde se construirá el Nuevo Aeropuerto Internacional de México.
La expectativa se abolla, lo mismo con las apariciones en la revista "Hola" o las señales confusas para el aeropuerto, con la suspensión de los foros educativos y los foros para la pacificación y reconciliación nacional.
Las expectativas muestran desgaste, porque su administración empezó en julio de 2018 y apenas entrará en funciones el primero de diciembre. Los estudios indican que si en los primeros 100 días de gobierno los ciudadanos no percibimos que las cosas serán mejores, podría iniciar el desencanto con la "cuarta transformación". Así de efímera puede ser una expectativa.
Ricardo Joya C
