La carta

Martha Nava

La carta

Creo que esta vez corresponde ir más allá de la percepción política de un hecho, del análisis teórico sobre el cual basamos nuestras opiniones –o deberíamos de hacerlo al menos- sobre todo aquellas que vertimos en redes sociales donde somos juez y verdugo de todo lo que hacen las figuras públicas que ahora se encuentran a nuestro alcance.

El día lunes el presidente, Enrique Peña Nieto emitió su mensaje como parte de su sexto y último informe de gobierno, donde además de señalar que fue "el más alto honor" de su vida servir a México y a los mexicanos, también agradeció a su esposa Angélica Rivera y a sus hijos –tanto los propios como los de la primera dama- hecho que conmovió hasta las lágrimas a Paulina Peña, Sofía Castro y a su madre, Angélica.

Después de este "emotivo momento" llegó otro a robarse el foco, una carta que dedica Paulina desde su cuenta de Instagram a su papá, el contenido en sí, tiene ciertos tintes políticos porque habla de lo que hizo –desde los ojos de su hija desde luego- pero también recalca lo que sacrificó: su familia y su salud. Si bien, mucho se habla del desempeño del presidente como titular de un cargo, poco se habla de lo que tuvieron que sacrificar sus hijos, porque siendo honestos ellos no escogieron ser hijos de un presidente y aunque esto venga con privilegios sociales y monetarios que muchos jamás vamos a conocer, también viene con desventajas como: no tener derecho a una vida privada y menos porque hoy existen las redes sociales, no tener derecho a equivocarse porque de inmediato eres señalado, no tener derecho a un papá porque seamos honestos creen que realmente Peña tuvo tiempo de ser padre de sus hijos.

Seguramente esta carta –así con faltas de ortografía y redacción- fue avalada por algún asesor, porque gracias a las redes sociales este tipo de figuras públicas involuntarias no tienen derecho a expresarse libremente –es decir siempre requieren el visto bueno de alguien- como usted o como yo porque de hacerlo son linchadas digitalmente –recordemos cuando Paulina defendió a su papá después del famoso incidente en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara-.

En la carta se puede leer "Soy testigo de que entregaste cada fibra de tu cuerpo y de tu alma a México" y ¿qué le quedó a ella? O a sus hermanos, nada. Porque analícelo estimado lector, cada sexenio que termina nos deja un personaje para la historia –nos genere orgullo o no- y aunque no sea lo habitual pongámonos en los zapatos de Peña o de sus hijos, cargar por elección o por condición con un país entero debe ser un trabajo lleno de sacrificios por algo entra un personaje y sale otro, compare y compruebe vimos salir a un Zedillo canoso, un Calderón con supuestos problemas de adicción, un Peña delgado rayando la línea "se ve acabado"; lo que pregunto yo es ¿realmente valdrá la pena?

Twitter: @Mar_Naa