Refundarse o morir

Oscar Glenn

Refundarse o morir

OJALÁ

POR @OscarGlenn

Tres de los partidos políticos derrotados en la pasada contienda electoral por el efecto arrasador de MORENA, resultaron ser compañeros del mismo dolor, comparten síntomas y problemas que los pondrán a prueba, dejarán ver de qué están hechos y los obligarán a justificar su permanencia.

A diferencia de los que perdieron su registro, pueden agradecer a sus más leales que aún tiene porque luchar. Aquellos que en otro tiempo fueron los grandes partidos que veían por encima del hombro a la chiquillada, bajaron abruptamente a la realidad, luego de perder liderazgos y protagonistas que emigraron buscando oportunidades que en su partido no les dieron.

Después del primero de julio, análisis internos y externos apuntan que para subsistir PRI, PAN y PRD deben:

Purgarse de traidores y convenencieros, que hicieron más profunda su debacle;

Mantenerse unidos para restaurarse, refundarse o reinventarse, según prefieran, luego procesar con tolerancia y habilidad sus diferencias de enfoque, regresando a sus fundamentos; y lo deberán hacer con mucho menos recursos de los que solían disponer;

Buscar en sus entrañas lo mejor para volver a presentarse ante la gente;

Elegir con procesos claros y creíbles a los mejores individuos para dirigirlos en rutas críticas y cuesta arriba;

Renunciar a la simulación , la arrogancia y la vanagloria,

Posicionarse como oposición inteligente, visionaria, útil y enérgica, para adueñarse del lugar que dejarán vacante AMLO y MORENA ahora que serán gobierno.

Les guste o no, son compañeros del mismo dolor, con el mismo victimario, ninguno puede presumir victoria pírricas ni auto engañarse, pero si aprovechar desde el fondo para mostrarse como la verdadera y renovada plataforma de las inquietudes y la lucha por los intereses de los sectores sociales más necesitados, lo que nunca debieron dejar de ser.

Son la nueva chiquillada que dejó el juego de las alianzas simuladoras y decepcionantes, el mismo que diluyó las ideologías y en muchos casos pasó por la traición a su militancia. Ninguno se salva, ahí están los resultados.

Hablando con personajes de cierto liderazgo en las diferentes fuerzas políticas el diagnóstico es coincidente y más allá de obstinarse por rescatar minucias, después de 35 días de su triste primero de Julio, ya deberían estar mostrando acciones con idea o rumbo, lo cual no se ve.

Los que tomen mejores decisiones y manejen mejor sus tiempos podrán subsistir, para poder presumir que aún existen para bien de la gente y que a alguien representan.