El gobernador firmó una orden ejecutiva que impone de moratoria inmediata a la pena de muerte en California antes de que el estado aprobara una nueva inyección letal, que hubiera conducido a la muerte a decenas de presos con ejecución pendiente.
Newsom en su tercer mes de gobierno declaró "No puedo aprobar la ejecución de cientos y cientos de seres humanos, sabiendo que entre ellos habrá seres humanos inocentes".
La medida deja sin ejecución a 737 presos condenados a muerte, entre ellos a 40 de nacionalidad mexicana, de acuerdo con las cifras que proporcionó la cancillería mexicana.
California es el estado con más mexicanos hasta ahora condenados a muerte, invariablemente acusados de homicidio.
Con información de Excélsior y la Verdad