Cultura

tertulias toluqueñas mantienen viva la memoria de la ciudad

 tertulias toluqueñas mantienen viva la memoria de la ciudad

Conocen un amor apasionado que nació en Toluca y se afianzó entre sus dulces típicos

Decenas de personas dejaron volar su imaginación para caminar por las calles de la Toluca de 1929, conocer a Antonieta Rivas Mercado y José Vasconcelos, personajes clave de la cultura y educación mexicana, y viajar al momento que se vivió en la capital y que cambiaría el porvenir de ambos.

El maestro Pedro Daniel García Muciño, como invitado de lujo de la Tertulia Toluqueña "Antonieta y Vasconcelos en Toluca a 90 años de un encuentro con el destino", conquistó al público con su extraordinaria narrativa, audios que dieron voz a los personajes y fotografías para ilustrar el pasado.

García Muciño agradeció al cronista municipal y anfitrión de esta charla, Gerardo Novo Valencia, este espacio "donde la memoria de la ciudad se mantiene viva", para después dar inicio a esta apasionante historia.

"El vestíbulo del hotel se tornó luminoso cuando me la presentaron", describió Vasconcelos cuando conoció a Antonieta el sábado 9 de marzo de 1929. La conexión entre ambos personajes fue total y en ese momento se mostró la intensa empatía intelectual y programática entre ambos, explicó el invitado.

"Al atardecer de ese sábado, después de comer juntos y debatir varios temas, "una inteligencia perfecta entre nosotros, nos fuimos por los portales semidesiertos de la triste Toluca y no hallando otro obsequio más que hacerle, me metí con ella a una de las dulcerías, orgullo postrero del toluqueño, y empecé a pedir naranjas cubiertas, limones azucarados, verdes y transparentes «para qué quiere usted tanto dulce, si no tiene casa en México», inquirió, y respondí «no, si son para usted» y se rió mucho de aquella ocurrencia ingenua. Por la tarde partió", describió Vasconcelos.

A partir de este hecho fugaz, estos personajes estarían juntos en la búsqueda de ideales compartidos y vivirían varios momentos como la campaña de Vasconcelos, una enfermedad y una tragedia, cuando Antonieta se suicidó en la Catedral de Notre Dame en París.