Está tan deteriorado, que en la actualidad es muy difícil tratar de mejorarlo o disminuir su efecto nocivo, principalmente en los relativo a la pérdida de capacidad de compra de las familias.
Debido a que no es suficiente para contar con lo necesario para vivir con dignidad, el salario mínimo es violatorio de la ley, sostuvo el investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma del Estado de México, Miguel Ángel Díaz Carreño.
El especialista refirió que desde hace cuatro décadas, el estancamiento económico de nuestro país se refleja en la pérdida del poder adquisitivo de las familias, como resultado de los ajustes en los sueldos que perciben, los cuales no compensan los aumentos en los precios de la canasta básica.
"En la Constitución se establece que el salario de los trabajadores debe ser suficiente para alimentarse, tener vivienda, trasladarse y acceder a actividades de esparcimiento".
Sin embargo, aseveró, desde hace cuatro décadas, el salario mínimo es violatorio de la ley, de la propia carta magna. Está tan deteriorado, que en la actualidad es muy difícil tratar de mejorarlo o disminuir su efecto nocivo, principalmente en los relativo a la pérdida de capacidad de compra de las familias.
De acuerdo con el investigador, desde inicios de la década de los ochenta, el salario mínimo ha perdido alrededor de 80 por ciento de su capacidad de compra y para recuperar el poder adquisitivo tendría que oscilar entre 250 y 300 pesos por una jornada de ocho horas.
Sin duda, consideró Miguel Ángel Díaz Carreño, la situación es aún más compleja si se considera que las empresas refieren que no cuentan con la capacidad para aumentar el sueldo a por lo menos 100 pesos y el precio de los combustibles sube, lo cual impacta en el incremento de los precios de otros productos.
El especialista refirió que desde hace cuatro décadas, el estancamiento económico de nuestro país se refleja en la pérdida del poder adquisitivo de las familias, como resultado de los ajustes en los sueldos que perciben, los cuales no compensan los aumentos en los precios de la canasta básica.
"En la Constitución se establece que el salario de los trabajadores debe ser suficiente para alimentarse, tener vivienda, trasladarse y acceder a actividades de esparcimiento".
Sin embargo, aseveró, desde hace cuatro décadas, el salario mínimo es violatorio de la ley, de la propia carta magna. Está tan deteriorado, que en la actualidad es muy difícil tratar de mejorarlo o disminuir su efecto nocivo, principalmente en los relativo a la pérdida de capacidad de compra de las familias.
De acuerdo con el investigador, desde inicios de la década de los ochenta, el salario mínimo ha perdido alrededor de 80 por ciento de su capacidad de compra y para recuperar el poder adquisitivo tendría que oscilar entre 250 y 300 pesos por una jornada de ocho horas.
Sin duda, consideró Miguel Ángel Díaz Carreño, la situación es aún más compleja si se considera que las empresas refieren que no cuentan con la capacidad para aumentar el sueldo a por lo menos 100 pesos y el precio de los combustibles sube, lo cual impacta en el incremento de los precios de otros productos.
