Internet es un medio que puede facilitar considerablemente las labores de la administración, pero también resulta especialmente vulnerable a los ataques de múltiples tipos de amenazas informáticas, cada vez más sofisticadas, reconocieron colaboradores de la revista sobre estudios jurÃdicos y sociales que edita el Centro de Investigación en Ciencias JurÃdicas, Justicia Penal y Seguridad Pública de la Universidad Autónoma del Estado de México, José Luis López González y Francisco Vozmediano Muñoz.
Al hablar de “Los derechos fundamentales ante las tecnologÃas de la informaciónâ€, destacaron que resulta imprescindible una evolución permanente del ordenamiento jurÃdico, dada la rapidez con que las tecnologÃas de la información progresan, pues la acumulación de datos en manos ajenas puede originar la vulneración del derecho constitucional a la intimidad, por lo que el titular de los datos debe ser más prudente, de forma que no se faciliten a empresas o cualquier tipo de entidades, mayor información de la estrictamente necesaria.
Los académicos de la Universidad Politécnica de Madrid sostuvieron que quienes operan con datos de terceros (empresas, abogados, médicos, entre otros) deben emplearlos únicamente para los fines para los que fueron facilitados y permitir su modificación o cancelación conforme a la normativa vigente.
Puntualizaron que los juristas deben ofrecer soluciones normativas fundamentadas y respuestas que aproximen el equilibrio entre la libertad de circulación de la información y la garantÃa del derecho a la intimidad y la vida privada.
“Desarrollar normativa jurÃdica especÃfica que combata la problemática susceptible de generarse respecto a la vulneración del derecho a la intimidad y privacidad dentro de la red, porque el mundo virtual del ciberespacio no conoce fronteras nacionales y se ha convertido en un espacio de intercambio de ideas a nivel mundialâ€.
José Luis López González y Francisco Vozmediano Muñoz subrayaron que con las visitas a Internet, la utilización de correo electrónico y el uso de las tarjeras de crédito, se puede llegar al conocimiento personal de salud, inquietudes, aficiones, inclinaciones polÃticas, preferencias de consumo y de esta manera, hasta controlar la personalidad, poniendo en riesgo la propia identidad del ciudadano.